“Por lo tanto, hermano, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su como cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.” Romanos 12:1
En las últimas décadas la iglesia de Jesucristo ha experimentado una transformación radical en la forma de expresar y rendir adoración a Dios a través de la música. Ahora podemos escuchar música muy profesional que compite con cualquier disco secular pero que lleva un mensaje de adoración a Jesucristo. Conciertos de altísimo nivel técnico en los que se alaba a Dios. Sin duda, es necesario que los cristianos sigamos buscando llegar a mayores niveles de profesionalismo musical, con el fin de exaltar a Jesús con excelencia.
Sin embargo, como ministro dedicado a compartir el mensaje de Jesús a través la música he observado que frecuentemente utilizamos el término adoración, para identificar una canción que es lenta o que secularmente se conoce como una “balada”, o usamos la palabra alabanza sólo para subrayar que se trata de una canción rítmica. Pero la realidad es que adorar a Dios es algo mucho más profundo, Pablo le dice a los romanos que la forma de adorar a Dios es que tú y yo seamos un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Esto no quiere decir que nos tenemos que lastimar o causar algún daño, sino más bien habla de que estemos dispuestos a entregarlo todo por nuestro Señor Jesús. Entonces entendemos algo súper importante; adorar a Dios va mucho más allá que sólo cantar, danzar o gritar para Jesús (aunque por cierto, todo lo anterior me encanta…jeje). Adoramos a Dios desde que amanecemos, vamos a la escuela o al trabajo y somos íntegros y honestos. Adoramos a Dios cuando nos esforzamos por honrar a nuestros padres, adoramos a Dios cuando guardamos nuestra mirada y nuestros oídos, adoramos a Dios cuando no pagamos mal por mal. Adoramos a Dios cuando nos interesamos por los jóvenes que están sin Cristo, adoramos a Dios cuando amamos a nuestro prójimo. Tantas y tan variadas maneras de adorar a Dios.
Un día terminando un concierto en una iglesia en California, ya se había ido toda la gente y regrese por mi portafolio que se me había olvidado, había un hermano con una aspiradora que mientras aspiraba la alfombra de aquel lugar tenía una sonrisa enorme en su rostro y grandes gotas de sudor en su frente. Cuando me vio entrar, apagó su aspiradora y corrió a entregarme mi portafolio, en ese momento Dios hablo a mi corazón y me dijo, este siervo mío es un Adorador!..wow…..tal vez nadie pensaría que una aspiradora sería un bonito instrumento para adorar a Dios…pero la realidad es que ese sonido rudo de aquella aspiradora estaba llegando al corazón de Dios, porque había una persona que estaba buscando agradar a Dios a través de su vida misma. No me malinterpretes, también adoramos a Dios con la música, y personalmente te puedo decir que me fascina hacerlo, pero te desafío a ir más allá, adora a Dios las 24 horas del día a través de todo lo que hagas, ríndele honor y reconocimiento a Jesús en cada actividad y proyecto que realices, que tú vida misma sea adoración a Dios.
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